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La mayoría de colombianos endeudados son hombres y están casados

De acuerdo con el informe del Banco de la República, las familias que más se endeudan están en un rango de edad entre 36 y 55 años de edad.

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Actualizado:
Martes, Noviembre 7, 2017 - 08:16
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El Banco de la República presentó el informe "Vulnerabilidades financieras de los hogares en Colombia", cuya autoría es de Daisy J. Pacheco-Bernal, Santiago D. Segovia-Baquero y Ana M. Yaruro-Jaime.

El estudio sobre las vulnerabilidades financieras de los hogares es un tema que ha adquirido mayor relevancia en los últimos años debido al incremento en su endeudamiento y al potencial efecto que un choque negativo sobre este sector pueda tener sobre las instituciones financieras y el crecimiento económico, según el Banco de la República.

La información que se empleó para este análisis proviene de la Encuesta de educación financiera y carga financiera (Iefic) realizada por el Dane y el Banco de la República. Los resultados muestran que en el periodo comprendido entre 2014 y 2016 la carga financiera de los hogares disminuyó, aunque la proporción de deuda que concentran los hogares vulnerables aumentó.

Adicionalmente, las probabilidades de desempleo y default se han incrementado, lo que se ha visto reflejado en una mayor exposición del sistema hacia el riesgo proveniente de estos deudores. A pesar de que los ejercicios de sensibilidad no reflejan un aumento significativo en esta exposición, es importante realizar un monitoreo constante de las condiciones financieras de estos agentes, en un contexto de deterioro en las condiciones macroeconómicas del país.

El estudio sobre las vulnerabilidades financieras de los hogares ha adquirido mayor relevancia en los últimos años debido al incremento en el endeudamiento de estos agentes, tanto en los países de alto ingreso como en las economías emergentes. Este crecimiento en la deuda de las familias ha resaltado la necesidad de entender las relaciones entre este sector y la estabilidad financiera y macroeconómica.

Asimismo, ha acentuado el interés por cuantificar su sensibilidad ante cambios inesperados en las variables macroeconómicas. Adicionalmente, la crisis financiera de 2008 y la experiencia internacional han mostrado que un choque negativo sobre las condiciones financieras de los hogares puede afectar el crecimiento económico y el desempeño de las instituciones financieras, lo cual ha reafirmado la necesidad de identificar y entender los riesgos de este segmento, especialmente por parte de los policymakers.

Entre 2005 y 2015 la razón entre el endeudamiento de los hogares y su ingreso creció sustancialmente entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tanto para economías desarrolladas (al pasar de 146,8% a 160,2%) como en el caso de las economías en desarrollo (47,0% a 69,3%).

Esta mayor exposición de las instituciones financieras ante el riesgo de crédito de estos agentes, así como la mayor sensibilidad del sector ante cambios en la tasa de interés, el precio de los activos y los ingresos (tal como lo señala Girouard et al. (2007) para el caso de los países de la OCDE) ha resaltado la necesidad de hacer un seguimiento constante a estos deudores y cuantificar los riesgos que representan para la estabilidad financiera.

Para el caso particular de Colombia, el análisis de este sector es incluso más relevante dado que, a diferencia de lo observado en los países de la OCDE, la deuda de los hogares se encuentra concentrada en créditos de consumo, lo cual implicaría un mayor riesgo para las entidades financieras ya que históricamente este tipo de préstamos exhibe niveles de mora más elevados y suelen tener menores niveles de garantías comparado con en el caso de los préstamos de vivienda. Sumado a lo anterior, la crisis de 1999 mostró que choques negativos sobre este sector pueden tener consecuencias adversas para el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país.

La medición de las vulnerabilidades financieras de los hogares suele realizarse de manera agregada, utilizando indicadores como el de deuda sobre ingreso o deuda sobre riqueza; sin embargo, desde un punto de vista de estabilidad financiera, estas medidas son limitadas ya que no permiten distinguir entre hogares endeudados y no endeudados, ni la distribución de variables como el ingreso, la riqueza y la deuda entre estos agentes (Farinha, 2007). En este sentido, en el proceso de identificación de fragilidades es importante cuantificar la resiliencia de estos deudores a distintos choques, mediante ejercicios de sensibilidad (stress testing) a nivel microeconómico.

Los resultados del análisis muestran que los hogares colombianos que más se endeudan son aquellos que cuentan con mayores ingresos y que se encuentran en un rango de edad entre 36 y 55 años; en este punto del ciclo de vida los créditos destinados a adquisición de vivienda resultan tener su mayor participación.

De otro lado, cerca del 70% de la deuda se concentra en hombres, mientras que aproximadamente el 50% corresponde a deudores que son casados. En cuanto a la carga financiera de estos deudores, se encuentra que los valores más altos se observaron en el año 2013, y en 2016 esta se ubicó en 15,6%. A pesar de la disminución observada en el indicador agregado, la proporción de deuda que concentran hogares frágiles (aquellos que cuentan con un indicador de carga financiera por encima del 40%) para el último año se ubicó en su máximo histórico (42,4%).

En relación con el análisis de sensibilidad, en el documento se presenta un ejercicio en el que exógenamente se plantea una reducción del ingreso laboral de aquellos hogares que tienen una alta probabilidad de desempleo, con el fin de evaluar los efectos del escenario sobre la exposición de los establecimientos financieros al riesgo de crédito de los hogares. Los resultados muestran que la exposición aumenta en promedio 2,7 puntos porcentuales (pp) en el caso en que solo se consideran activos líquidos, y 1,8 pp en los otros dos casos en que las entidades pueden tomar como colateral el valor de la vivienda y en el que se consideran tanto activos líquidos como colateral.

El informe completo aquí