Amenazan a líderes comunitarios de una población desplazada asentada en Cartagena
La población está asentada en una zona de alta proyección inmobiliaria de Cartagena.
La comunidad de Púa II reside en este terreno que une Cartagena con Barranquilla por la vía al mar que se creía abandonado, una población afrodescendiente asentada hace 15 años y en ella habitan víctimas del conflicto armado de diferentes zonas de la región del país, en especial de los Montes de María y el departamento de Córdoba, que desde hace unos tres años exige que se cumpla un fallo judicial que ordenó su reubicación para volver a sus labores campesinas.
Sixta Ocampo, líder comunitaria, explicó que hoy viven en condiciones poco dignas, en especial los menores de edad, “es lo más triste, es lo más deprimente vivir así. Los niños viven en cambuches de plástico con esta lluvia, con el sol que hay. Los niños padecen de hambre y de enfermedad, ellos duermen en cartones. No tenemos el apoyo de la alcaldía”.
Adicional a esa dificultad, los líderes comunitarios han sido intimidados y amenazados por actores armados desconocidos. Sixta Ocampo es una de ellas, quien ya cuenta con agentes de la Unidad de Protección, “en los atentados me han golpeado, en otro llegaron a matarme al cambuche donde estaba, pero no lo lograron, aunque si tuve heridas. Y los panfletos que mandan a cada rato anunciado una masacre colectiva”.
Oscar Ocampo, otro habitante de Púa II, explica que son terrenos muy costosos y que los quieren sacar bajo la excusa que son terrenos sin vocación agrícola, “son terrenos muy caros porque queda a la orilla del mar y el Gobierno no las ha comprado porque no son tierras para campesinos. Pero hay muchos terratenientes que están luchando por esas tierras y por eso lo intimidan a uno”.
Según Ocampo, la Agencia Nacional de Tierras, les propuso que buscaran un predio para la reubicación, y aunque encontraron uno en San Jacinto, la entidad luego canceló la compra por no ser viable. Reciente, la comunidad encontró otro lugar en San Estanislao de Kostka, que ya tiene todo jurídicamente aprobado, pero aún no han recibido un concepto favorable.
Los pobladores de Púa II creen que esas amenazas están relacionados con la valorización de esa zona que tiene una alta proyección inmobiliaria y habría poderosos terratenientes que quieren evitar que queden en manos de campesinos, “y no podemos salirnos ni un centímetro de esa zona porque llegan unas dos o tres motos con encapuchados”.