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A propósito de la regularización del uso de la marihuana en Colombia, hay quienes creen que se abre una ventana de oportunidad para que el país participe y se beneficie de un mercado que mueve cerca de $344.000 millones de dólares al año.
Medellín, de acuerdo a Albert Corredor, un líder local, tiene el potencial de generar más de 100.000 empleos directos y cerca de 16.000 indirectos si se articula a la cadena de producción y comercialización de cannabis en los próximos 4 años: esencialmente un empleo por cada terraza en la ciudad que se dedique al autocultivo y comercialización (16.000 terrazas suplirían la demanda interna) y cerca de 100.000 empleos en las cerca de 10.000 hectáreas cultivables que contempla el Distrito Rural Urbano de la ciudad).
“Vamos a crear una empresa pública en Medellín, una marca ciudad, para sensibilizar, incentivar la producción y comercializar Cannabis con un enfoque hacia la internacionalización y creación de empresa alrededor del mercado”, sostiene Albert Corredor.
Los habitantes de Medellín, según él, verán nacer y serán parte de una nueva gran empresa pública que genere resultados para la ciudad; esta empresa se encargará de la sensibilización y educación sobre el uso industrial del cannabis, la transferencia de conocimiento y tecnología a los productores y nuevos emprendedores para el cultivo, producción e industrialización de la planta. La empresa tendrá un enfoque internacional del producto hecho en Medellín.
La intención de Corredor es que el cannabis de Medellín tenga la denominación de origen más importante del mundo, lo que posicionará a la ciudad como epicentro de la producción mundial y a la empresa pública como un actor relevante en el mercado.
Medellín tiene el potencial para crear una marca de cannabis que se constituya en una denominación de origen de las más importantes del mundo, asegurando un retorno en términos de posicionamiento internacional y una valoración de la imagen comercial y turística de la ciudad.
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