Orlando Ayala, el colombiano que supo ganarse la confianza de Bill Gates
Fue uno de los seis ejecutivos más importantes de Microsoft.
Recientemente se lanzó en Colombia el libro "Orlando Ayala: El hombre que le hablaba al oído a Bill Gates", una obra que cuenta un poco de la parte humana de uno de los colombianos que ha conseguido el cargo más alto que haya logrado alguno, en una de las empresas tecnológica más importantes del mundo.
Orlando Ayala, es bogotano y ocupo el cargo de vicepresidente de Ventas, Marketing y Servicios a nivel mundial de Microsoft Corporation, la compañía de tecnología del multimillonario Bill Gates.
La FM tuvo la oportunidad de conversar con este colombiano, quien contó apartes de su historia de éxito que se ha caracterizado por ser bastante particular.
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Ayala comenzó trabajando en NCR, la famosa compañía de cajas registradoras y cajeros automáticos, en Colombia y a pulso y gracias a los valores que le fueron infundidos en casa logró llegar a ser una de las cabezas de dicha organización. Esto fue algo que llamó la atención de una empresa mediana con poco más de 10 años; esa compañía era Microsoft.
Cuenta Ayala que intentaron contactarlo durante una semana en donde no contestó las llamadas de Microsoft , pero cuando por fin lo hizo, la vida de este colombiano, radicado en México en ese entonces, cambiaría para siempre.
Al llegar a la empresa de Bill Gates, el ascenso de Ayala fue vertiginoso: en 1991 se encargó de abrir operaciones para la marca en América Latina y en tan sólo 9 años consiguió llegar a ser una de las 6 personas más poderosas de Microsoft.
Desde ese momento, el ex vicepresidente de Ventas, Marketing y Servicios de este gigante tecnológico, aprendió a siempre contestar (o devolver) todas las llamadas "no sabes cuándo pueda ser la próxima Microsoft", asegura.
Durante el diálogo, Orlando Ayala explicó que esta experiencia le enseñó muchas cosas. Lo primero es a respetar, pero no idolatrar el dinero y el poder, incluso dice que en el ámbito tecnológico todos son vistos como iguales de alguna manera.
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"En las grandes tecnológicas, no existe el 'doctor' o 'don' para referirse a los jefes: Bill, es Bill, Orlando es Orlando, Steve es Steve" y esto, cuenta Ayala, le ayudó a cambiar la perspectiva de su vida.
Otro de los aprendizajes que le dejó su paso por Microsoft fue valorar a la familia. Este colombiano insiste en que en un momento de su vida se dio cuenta, a raíz de la cantidad de trabajo que tenía, que iba a perderse grandes momentos familiares.
"Me di cuenta que un día me iba a despertar sin acordarme si estuve o no en una de las miles de reuniones empresariales con Bill Gates, pero si estaba seguro que me iba a doler darme cuenta que me había perdido momentos preciosos con mi familia como el primer día de colegio de mi hija, por ejemplo", agregó.
Debido a su gran trayectoria, Ayala ha sido escogido como uno de los integrantes de la Misión de Sabios conformada por el gobierno colombiano, para mejorar la calidad de vida del país. Frente a este tema tiene dos ideas muy claras frente a lo que se debe hacer para que el país avance.
La primera está en la educación en donde asegura que la tecnología plantea una ventaja y un reto para el país.
"La primera reflexión está en darle un manejo diferente a la forma de enseñar porque ya no es alguien hablando al frente y un alumno aprendiendo, se debe dar mayor empoderamiento para que los alumnos se motiven a investigar, pero el segundo pensamiento gira en torno a la desventaja porque la brecha digital va a ser más grande entre quienes tienen acceso fácil a la tecnología y los que no. Eso es algo que también hay que mirar".
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Por otro lado, Orlando Ayala insiste en que invertir en infraestructura tecnológica es fundamental para poder lograr un desarrollo más equitativo del país.
"Es importante implementar tecnología, por ejemplo en el agro y hacerlo agricultura inteligente; si la tecnología en el campo no se implementa para mejorar la productividad y las condiciones de vida es muy difícil que haya paz".
Finalmente, Ayala enfatizó en la necesidad de que la tecnología se acerque más a la parte humana de las personas; asegura que de nada sirve tener una sociedad hiper conectada y llena de tecnología si la orientación no es tiene al menos una pequeña parte humana; insiste en que la tecnología es una herramienta, como un martillo y es el humano quien la utiliza para diversos fines y es ahí donde el humanismo es fundamental para que los avances tecnológicos se utilicen a favor de la vida y no en contra de ella.