El aumento de satélites en el espacio exterior en las últimas décadas ya presenta un problema para los científicos. Y es que desde la década de 1970, las potencias mundiales han enviado a la órbita planetaria diferentes objetos que, si bien representaron un avance tecnológico para la humanidad, en la actualidad son basura, dado que su tiempo útil ha llegado o han quedado obsoletos dada la velocidad a la que avanza la tecnología.
La Nasa y centros de investigación han coincidido en que el volumen de objetos en la órbita terrestre afecta la observación astronómica, puesto que genera peligros para misiones que se llevan a cabo y multiplica los incidentes por caída de restos.
De acuerdo con la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de los Estados Unidos (GAO por sus silgas en inglés), "los satélites se han utilizado para GPS, comunicaciones y teledetección", pero la cantidad ha aumentado con el lanzamientos de miles de estos para proporcionar internet.

Advierte esta fuente que "puede ser perjudicial", porque puede generar más basura espacial, lo que puede dañar "satélites existentes utilizados para el comercio o la seguridad".
La GAO advierte que para 2022 ya habían 5.500 satélites activos, y que para el 2023, podrían existir alrededor de 58.000.
Las consecuencias de una alta cantidad de satélites en la órbita espacial
La Nasa ya había advertido que durante la actual década el lanzamiento de estos artefactos se multiplicaría por 37. Especialmente, por la velocidad con la que los servicios de internet satelital de Starlink de SpaceX han marcado un ritmo sin precedentes en este ámbito.
La GAO realizó un listado de efectos negativos para el planeta por este tipo de prácticas. Siendo la primera de ellas el aumento de los desechos orbitales que implican el daño a satélites, dado que pueden colisionar y, como consecuencia, dañar el servicio comercial, la observación científica y la seguridad de países.
Asimismo, las emisiones de la atmósfera superior pueden tener cambios, puesto que "los lanzamientos de cohetes y las reentradas de satélites, producen partículas y gases que pueden afectar la temperatura atmosférica y dañar la capa de ozono". Los daños son desconocidos, porque, indica esta fuente, no existe prueba de lo que podría producir.

Finalmente, indica que la interrupción de la astronomía es otra de las dificultades que presenta la alta presencia de satélites en el espacio, puesto que estos objetos reflejarían la luz solar, lo que segaría a los telescopios. Advierte la GAO que, pese a que los científicos están buscando formas de mitigar esto, aún presentan problemas.
De acuerdo con la Nasa, esta "basura espacial" ya afecta a la mitad de las imágenes que pueden observar. Asimismo, existen pruebas de que ya objetos han caído por efecto gravitacional a la zona terrestre del Planeta. Ejemplo de lo anterior fue la caída de un fragmento metálico en una casa en Florida en 2023. La entidad espacial de Estados Unidos confirmó que provenía de una batería descartada desde la Estación Espacial Internacional.