En entrevista con La FM, Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano y profesor adjunto de la Universidad de Georgetown, analizó las recientes decisiones del gobierno de Donald Trump respecto a Venezuela y señaló que las señales emitidas por Washington podrían interpretarse como parte de una estrategia de presión cuya evolución aún no está clara.
Según dijo, es difícil anticipar qué acciones concretas derivarán de la reunión del mandatario con sus asesores, debido a la falta de información concluyente sobre la dirección final de la política estadounidense.
“Guerra psicológica” y movimientos militares como mensajes de presión
Shifter afirmó que las decisiones recientes del gobierno estadounidense se enmarcan en un escenario de “guerra psicológica”, presión e intimidación, cuyo objetivo sería incidir en el entorno cercano al poder en Venezuela. Indicó que los pasos visibles muestran un patrón de acciones que buscan aumentar la tensión y generar incertidumbre en distintos niveles del gobierno venezolano.
El analista señaló que uno de los elementos más llamativos es el despliegue militar observado en las últimas semanas. Explicó que, aunque no existe una confirmación oficial sobre un eventual uso de la fuerza, estos movimientos podrían interpretarse como señales que anticipan la posibilidad de “un ataque a un blanco estratégico dentro de Venezuela”, producto de la lógica de presión que ha caracterizado las decisiones recientes de Washington.
Aclaró, sin embargo, que el alcance de estas advertencias no es completamente verificable y que no hay elementos suficientes para afirmar cuál será el siguiente paso de Estados Unidos.
Maduro se mantiene en el poder, pero muestra señales de preocupación
Consultado sobre la posición de Nicolás Maduro, Shifter afirmó que observa “preocupación” en el gobernante, aunque no identifica señales que indiquen que esté dispuesto a abandonar el cargo. Explicó que la presión externa ha tenido efectos, pero que Maduro mantiene apertura a una eventual negociación con Trump.
Según dijo, no hay detalles claros sobre qué incluiría una conversación de ese tipo, aunque mencionó que, en escenarios posibles, podrían discutirse garantías, cronogramas y asuntos económicos.
Operación militar terrestre: un escenario improbable
Shifter consideró que una operación militar terrestre de Estados Unidos en Venezuela es un escenario “imposible”. Explicó que un movimiento de esa magnitud podría desencadenar “caos muy violento” y un colapso del orden interno, lo que tendría consecuencias políticas significativas para Trump. Indicó que una intervención directa iría en contravía de los intereses de su base política, que históricamente ha rechazado este tipo de decisiones.
Al referirse a los posibles costos políticos para Trump en caso de que no se produzcan cambios en Venezuela, Shifter señaló que el presidente podría presentar distintos resultados como favorables.
Mencionó que, incluso si Maduro permanece en el poder, Trump podría sostener que Estados Unidos “proyectó su superioridad militar”, argumentando que la presión ejercida evidencia fortaleza estratégica.
Escenario de transición con Delsy Rodríguez
Sobre la versión que menciona una posible transición liderada por Delsy Rodríguez, Shifter afirmó que no existe claridad sobre la veracidad de estos reportes. Explicó que este escenario “no sería un gran triunfo para Trump”, dado que las estructuras del régimen permanecerían operando sin cambios significativos. Según dijo, este tipo de salida difícilmente sería aceptado por sectores opositores que esperan transformaciones visibles.
Sin señales definitivas sobre los próximos pasos
Shifter concluyó que aún no hay señales claras sobre las decisiones que podría adoptar Washington. Consideró que la presión, las amenazas y las posibilidades de negociación mantienen abiertos varios caminos, todos con costos potenciales.
Añadió que la ausencia de información verificable dificulta anticipar los próximos pasos y que tanto una permanencia de Maduro como una transición parcial suponen desafíos para Estados Unidos. Señaló que cualquier anuncio futuro dependerá de cálculos políticos y estratégicos de la administración estadounidense.