El Departamento de Justicia de Estados Unidos divulgó en la noche del lunes un nuevo conjunto de archivos relacionados con la investigación federal sobre Jeffrey Epstein, en los que vuelve a aparecer el nombre del presidente Donald Trump.
Incluso, aparece su nombre en referencias a registros de vuelo del avión privado del fallecido delincuente sexual convicto. Las autoridades han reiterado que Trump no ha sido acusado de ningún delito vinculado al caso Epstein.
La publicación más reciente se produjo días después de que el viernes se hiciera público un primer lote parcial de documentos, fuertemente censurados, que incluían fotografías inéditas del expresidente Bill Clinton junto a Epstein y una descripción de una denuncia penal presentada en 1996 contra el financista.
Trump ha sostenido públicamente que mantuvo una “muy mala relación” con Epstein durante “muchos años” y, en reiteradas ocasiones, lo ha calificado de “pervertido”, asegurando que “no le tenía simpatía” y que dejaron de hablarse varios años antes de la muerte de Epstein en 2019.
Trump y Epstein mantuvieron una relación prolongada que se extendió al menos hasta mediados de la década de 2000, cuando el hoy presidente afirma haber roto definitivamente los vínculos.
En un perfil publicado por New York Magazineen octubre de 2002, Trump describió a Epstein como “un tipo estupendo” y afirmó conocerlo desde hacía 15 años. “Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas son bastante jóvenes”, declaró Trump en esa entrevista.
La relación entre ambos también aparece reflejada en documentos privados. Una carta fechada en 2003, que llevaba el nombre de Trump y contenía un dibujo del torso de una mujer, afirmaba que él y Epstein tenían “ciertas cosas en común”.
Cuando esa carta se hizo pública en septiembre de 2025, Trump negó de forma categórica haber tenido algo que ver con ella.
En 2004, ambos protagonizaron una ruptura pública y ampliamente documentada, aparentemente vinculada a una disputa por la compra de una mansión en Palm Beach que los dos intentaron adquirir en una subasta.
Años después, en febrero de 2015, Trump afirmó que Epstein tenía “un problema” y agregó: “esa isla era realmente un pozo negro, no hay duda al respecto”, en referencia a la isla privada del financista en las Islas Vírgenes de Estados Unidos.
Pese a estos antecedentes, Trump ha intentado durante años minimizar la cercanía que mantuvo con Epstein, insistiendo en que nunca fueron amigos y subrayando su distanciamiento previo a la muerte del delincuente sexual convicto.
Viajes a solas Trump y Epstein
Los nuevos archivos incluyen detalles relevantes sobre los registros de vuelo del jet privado de Epstein.
En un correo electrónico fechado el 8 de enero de 2020, un fiscal federal adjunto del Distrito Sur de Nueva York escribió que Trump “viajó en el jet privado de Epstein muchas más veces de lo que se había informado anteriormente (o de lo que sabíamos)”.
Según ese correo, Trump figura como pasajero en “al menos ocho vuelos entre 1993 y 1996, incluidos al menos cuatro vuelos en los que (Ghislaine) Maxwell también estuvo presente”.
En uno de los vuelos de 1993, Trump y Epstein aparecen como los únicos dos pasajeros registrados; en otro, los únicos tres pasajeros eran Epstein, Trump y un joven de 20 años de ese entonces.
“En otros dos vuelos, dos de los pasajeros, respectivamente, eran mujeres que serían posibles testigos en un caso Maxwell”, señaló el fiscal federal adjunto, quien añadió que la revisión abarcó más de 100 páginas de registros.
“Acabamos de terminar de revisar los registros completos (…) y no queríamos que nada de esto fuera una sorpresa en el futuro”, escribió.
Las autoridades han subrayado que la mención de una persona en los documentos no constituye prueba de delito alguno, dado que los archivos citan a numerosas figuras públicas y privadas relacionadas de distintas formas con Epstein.
Trump volvió a referirse al tema este lunes durante un evento en la biblioteca de Mar-a-Lago, su club en Palm Beach, donde afirmó haber expulsado a Epstein a principios de la década de 2000. Allí, lamentó el impacto reputacional de la publicación de fotografías incluidas en los archivos.
“Mucha gente está muy enojada porque se están publicando fotos de otras personas que realmente no tenían nada que ver con Epstein. Pero aparecen en una foto con él porque estaba en una fiesta, y arruinaste la reputación de alguien”, dijo el presidente.
Trump sostuvo que la divulgación de los documentos buscaba “desviar la atención de un éxito tremendo” y afirmó que el descontento era compartido por “muchos republicanos”. Los archivos, no obstante, fueron publicados en cumplimiento de una ley bipartidista aprobada por el Congreso.
El mandatario también se refirió a las imágenes del expresidente Bill Clinton incluidas en los documentos. “Creo que Bill Clinton es un hombre grande. Puede con ello”, declaró, agregando que “odiaba” ver tantas fotos del exmandatario en el material divulgado.
Sobre las imágenes suyas que aparecen en los archivos, Trump desestimó su relevancia. “También te dan sus fotos mías”, dijo. “Todos eran amigos de este tipo, ya fueran amigos o no, pero él estaba por ahí. Estaba por todo Palm Beach”.
El DOJ no ha cumplido el plazo de publicación
Pese a que una ley exige que todos los archivos relacionados con la investigación de Epstein se hagan públicos antes del viernes, el Departamento de Justicia reconoció que el proceso no se completó en el plazo previsto y aseguró que continuará publicando documentos en las próximas semanas.
La Ley de Transparencia de Archivos de Epstein, aprobada en noviembre, obliga al Departamento de Justicia a divulgar todos los archivos relacionados con el caso en un formato consultable, con la información que pueda identificar a las víctimas debidamente redactada.
No obstante, sobrevivientes y legisladores han criticado duramente el nivel de censura aplicado, señalando que se han publicado decenas de páginas completamente redactadas. Gloria Allred, abogada que representa a varias mujeres abusadas por Epstein, afirmó que algunos archivos podrían haber sido “subeditados”, tras identificar nombres de sobrevivientes que, según ella, no debían figurar en los documentos.