El jardín japonés escondido a una hora de Bogotá ideal para desconectarse y recargar energía
En el lugar podrá apreciar y aprender sobre bonsáis, deleitarse con gastronomía asiática, participar en talleres y mucho más. Le contamos cómo llegar.

A tan solo una hora de Bogotá, entre montañas y árboles, se esconde uno de los secretos mejor guardados de las afueras de la ciudad: un rincón que transporta a sus visitantes al corazón de la cultura japonesa. En su interior reposan más de mil ejemplares de bonsáis, y tanto los talleres como la gastronomía giran en torno a las tradiciones asiáticas.
"Es un lugar mágico donde los árboles pequeños cuentan grandes sueños", se lee en la descripción oficial de este paraíso japonés.
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Así es el paraíso japonés cerca a Bogotá
Se trata del Museo del Bonsái "El Dragón Dorado", un espacio que rinde homenaje a la cultura oriental. Ubicado a cuatro kilómetros después del peaje Los Patios, en La Calera, recibe a los visitantes con una fachada de estilo asiático, adornada con un dragón pintado en la puerta. A su lado se encuentra la escultura de un pescador del río Li —una de las cuencas más emblemáticas de China—, que ha servido de inspiración para que su creador, Merceano de Jesús Melo, diseñe paisajes en miniatura.

El lugar fue fundado por Merceano de Jesús Melo, un portugués que decidió establecerse en Colombia junto a su esposa, Libia Patricia Pérez, tras casarse hace más de dos décadas. En entrevista con la revista Diners, Melo relató que, en sus inicios, vivían en un apartamento en Colina Campestre que poco a poco se fue llenando de bonsáis. Fue entonces cuando unos amigos les propusieron intercambiar propiedades, lo que les permitió dar un nuevo paso en su pasión por estos pequeños árboles.
"Recuerdo que mi terraza y la del vecino estaban llenas de bonsáis, de no ser por nuestra mudanza a cuatro kilómetros después del peaje Los Patios (La Calera), no tendríamos El Dragón Dorado, un lugar majestuoso lleno de árboles, aire puro, pájaros multicolor y sobretodo tranquilidad”, recordó su esposa en diálogo con la entrevista.
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Al cruzar el gran marco rojo que marca la entrada, los visitantes se adentran en un jardín donde los bonsáis, en variados colores, formas y estilos, capturan toda la atención. Según la pareja, algunos de estos ejemplares han sido cultivados durante más de diez años, tiempo en el que su cuidado se ha convertido en un verdadero arte para ellos.

Qué actividades se pueden hacer en este paraíso japonés
En su visita, además de aprender sobre bonsáis y distinguir entre sus diferentes tipos —como el Chito, que cabe en la punta de los dedos; el Chojin, que se sostiene con ambas manos; o los imperiales, que alcanzan entre uno y tres metros de altura—, también podrá participar en clases de meditación y talleres de cocina asiática.
Además, tendrá la oportunidad de recorrer senderos decorados con bonsáis de múltiples especies y tamaños, acompañados por árboles como arces japoneses, castaños portugueses, olmos chinos, especies nativas, cedrones e incluso el exótico jaboticaba de Brasil.
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El recorrido incluye una cabaña y un lago rodeado de estatuas de Buda, un jardín zen con arena y rastrillo, y una estructura vertical llamada pagoda, símbolo del vacío y la muerte, donde se pueden observar colibrís, mariposas amarillas y aves de vivos colores.

Horarios y precio
El museo está abierto al público y cuenta con actividades durante toda la semana. No obstante, es recomendable revisar la programación con anticipación a través de las redes sociales de El Dragón Dorado, como Instagram o Facebook, para organizar su visita y conocer los horarios con tiempo.
En años recientes, el valor de la entrada era de $30.000; sin embargo, se sugiere verificar cualquier cambio directamente con el museo.