La
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El escalador fue detenido y luego de un interrogatorio de cerca de seis horas quedó libre, con la promesa que no lo volverá a hacer en al menos tres años.
Y es que James Kingston no tiene límites. En esta ocasión el lugar elegido fue la emblemática torre francesa.
El arriesgado acto fue grabado con una cámara GoPro que llevaba junto a su cabeza.