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Nelson Jiménez, dueño de la Fábrica de Imágenes Religiosas El Buen Pastor, lleva 32 años trabajando en el campo artístico e imaginería religiosa, fábrica y restauración. Sin miedo y corriendo los riesgos necesarios, este hombre llegó hace 12 años a Bogotá buscando nuevas esperanzas y oportunidades.
Implementando sus conocimientos en esculturas y creación de este tipo de figuras, la empresa pudo establecerse de la forma indicada en un sector donde la fe y la devoción son protagonistas.
Si bien es conocido, el 20 de Julio es la zona a la que asisten más turistas y creyentes de la Iglesia Católica.
Por tal motivo, llegar a este lugar se convirtió en un factor positivo, pues la fabricación y producción de estas imágenes aumentó considerablemente en ciertas temporadas del año. Celebraciones como Semana Santa, La Virgen del Carmen, Navidad y mitad de año son las fechas para generar mayor venta.
Santos, ángeles, personajes bíblicos y vírgenes son los principales trabajos que suelen recibir estos fabricantes. Sin embargo, en más de una ocasión, con foto en mano, han llegado personas buscando imágenes que no han diseñado aún.
Algo que caracteriza a esta empresa familiar es la creatividad y el arranque que tienen sus dueños para crear nuevas piezas e imágenes religiosas bajo el lema “Lo que no sé me lo invento”, pues Nelson cuenta que han tenido que inventar algunos moldes que no tienen para sacar las figuras exactas que manda hacer la gente.
En una ocasión fueron los encargados de diseñar una imagen de una virgen embarazada. Un sacerdote se acercó al negocio solicitando esta figura, pues no la tenían en ningún lugar y mayor fue su sorpresa cuando estos fabricantes aceptaron el reto de hacerla.
Aproximadamente duraron tres meses realizando este proyecto.
Junto a su padre, Andrés Jiménez lleva 17 años trabajando en este negocio, aprendiendo todo tipo de técnicas para tomar a futuro la cabeza del negocio que les ha dado reconocimiento en este tema.
Con la ayuda de algunas personas, han logrado producir y fabricar infinidad de personajes religiosos que son utilizados en iglesias y capillas, tanto en Bogotá como en otras ciudades.
Lo curioso de este negocio es que a pesar de estar en una de las zonas más devotas del Divino Niño en Bogotá, esta imagen pierde un valor agregado y pasa a un segundo plano a la hora de venderse.
Tras varios años de experiencia, la familia Jiménez seguirá creciendo y sacando adelante un negocio que ha logrado tomar nombre por encima de muchos otros y que a lo largo del tiempo irá innovando aquellas ideas en el industria.
Sin duda alguna Nelson Jiménez es la viva muestra de la entrega y pasión por un oficio tan importante como lo es la creación de imágenes religiosas, sobre todo para una celebración como la de la Semana Santa.
