Breadcrumb node

El alunizaje de China y el hallazgo de New Horizonts, explicados por la geóloga Adriana Ocampo

Adriana Ocampo, directora del Programa de la Ciencia de la NASA, habló con LA FM de los últimos hallazgos. 

Publicado:
Actualizado:
Jueves, Enero 3, 2019 - 11:19
El lado oscuro de la luna; Adriana Ocampo, directora del Programa de la Ciencia de la NASA y las primeras imágenes detalladas en color de Última Thule
El lado oscuro de la luna; Adriana Ocampo, directora del Programa de la Ciencia de la NASA y las primeras imágenes detalladas en color de Última Thule
Fotos de la AFP, de la Embajada de Estados Unidos en Argentina y de la Nasa, respectivamente

China realizó con éxito este jueves el alunizaje de una sonda en la cara oculta de la Luna, una primicia mundial que refuerza las ambiciones espaciales de Pekín. La sonda Chang'e-4, que había despegado de la Tierra el 8 de diciembre, se posó sin problemas en la Luna a las 10H26 hora de Pekín (02H26 GMT), informó la agencia Xinhua.

Chang'e-4 -llamado así en honor a la diosa de la Luna en la mitología china- envió una foto de la superficie lunar al satélite Queqiao, en órbita alrededor de la Luna, precisó la televisión pública CCTV. "Logramos un resultado extremadamente preciso. El alunizaje fue suave y en un lugar ideal, en el centro de la zona seleccionada", declaró el ingeniero de la Administración Espacial Nacional de China (CNSA) Sun Zezhou, jefe de la misión Chang'e-4.

Ninguna sonda ni ningún módulo de exploración se había posado nunca antes en la superficie de la cara oculta de la Luna. Todos los alunizajes precedentes tuvieron lugar en la cara visible de la Luna, la más cercana a la Tierra, que está siempre orientada hacia nuestro planeta.

La cara oculta de la Luna también recibe el nombre de "lado oscuro", aunque es inapropiado, ya que la luz solar baña toda la superficie del satélite de la Tierra. La cara oculta es montañosa y accidentada, salpicada de cráteres, mientras que la faz visible dispone de numerosas superficies planas para posarse. La primera en logar captar imágenes de la cara oculta de la Luna fue la Unión Soviética el 7 de octubre de 1959 con su sonda automática Luna 3.

Lea también: China hace historia al poner una sonda en la cara oculta de la Luna

China llevaba años preparando esta operación, especialmente difícil desde el punto de vista tecnológico. Uno de los mayores desafíos es lograr comunicarse con el robot lunar. Como la cara oculta de la Luna está orientada en sentido opuesto a la Tierra, no hay una "línea de visión" directa para transmitir señales, salvo que se instale un relevo.

Así, China lanzó en mayo un satélite que bautizó Queqiao, posicionado en la órbita lunar para transmitir órdenes y datos intercambiados entre la Tierra y el módulo. Durante la noche lunar, que dura 14 días terrestres, las temperaturas bajan a -173 grados Celsius y durante el día lunar, también equivalente a 14 días terrestres, pueden alcanzar los 127ºC.

Para hacerlo aún más difícil, el Chang'e-4 se envió en dirección a una región del polo sur de la Luna, la cuenca Aitken, cuyo terreno es particularmente complejo y empinado. El Chang'e-4 llevará a cabo estudios sobre radiofrecuencias bajas, el cultivo de tomates en otros planetas y los recursos minerales, entre otras cosas.

"Las informaciones recolectadas servirán también para la futura base lunar que Pekín quiere construir y para las actividades científicas en la cara oculta de la Luna", explica a la AFP Chen Lan, analista para GoTaikonauts.com, una página web especializada en el programa espacial chino. "También servirá para la futura misión de China en Marte, prevista para 2020. En 2021, quiere que aterrize un robot similar al de Chang'e 4. Es una buena oportunidad para probar esta tecnología".

"Conejo de Jade"

Esta es la segunda vez que China envía un módulo para explorar la superficie lunar después del Yutu ("Conejo de Jade") en 2013, que permaneció activo durante 31 meses. El año que viene prevé lanzar un Chang'e-5 para extraer muestras y traerlas a la Tierra.

China invierte miles de millones en su programa espacial, dirigido  por el ejército. Ha colocado satélites en órbita para desarrollos internos (observación de la Tierra, telecomunicaciones o el sistema de geolocalización Beidou) o para otros países. También espera enviar un robot a Marte y humanos a la Luna.

En noviembre, China presentó una réplica de su primera gran estación espacial, Tiangong ("Palacio Celeste"), que planea lanzar alrededor de 2022 y suceder a la Estación Espacial Internacional (ISS). Está previsto que la ISS, que asocia a Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá, deje de funcionar en 2024. China también ambiciona desarrollar una lanzadera reutilizable para 2021 y un cohete superpotente capaz de repartir cargas más pesadas que las que son capaces de gestionar la NASA y la firma privada SpaceX, y disponer de una base lunar. "Estamos forjando una potencia del espacio. En ese proceso, podemos decir que el acontecimiento de hoy es particularmente simbólico", declaró el ingeniero de la CNSA Wu Weiren, jefe del programa lunar chino.

Pero Pekín aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a Estados Unidos en el espacio, dice Shen Dingli, profesor de relaciones internacionales con sede en Shangai. "El estadounidense Neil Armstrong pisó la Luna hace más de 50 años. Hasta ahora, ningún chino lo ha logrado".

Lea también: La NASA empieza el año con histórico vuelo sobre el cuerpo celeste más distante

Última Thule, el pequeño mundo que recrea el nacimiento del sistema solar

Con un poco más de 30 kilómetros de longitud y la forma de un muñeco de nieve, Última Thule, el pequeño objeto celeste de color rojizo descubierto en el Cinturón de Kuiper, ha traído a los científicos nuevos datos sobre el nacimiento del sistema solar.

La misión de la NASA New Horizonts presentó en una rueda de prensa imágenes en alta resolución del sobrevuelo este martes a Ultima Thule, situado más allá de Plutón, y desveló nuevos datos sobre las características de este objeto celeste, el más lejano explorado por el hombre.

Se trata de una roca de hielo de unos 33 kilómetros de extensión en su parte más larga formada por dos lóbulos unidos por un estrecho cuello, que han sido bautizado como Última el más grande y Thule el pequeño, señaló el jefe de la misión, Alan Stern.

Según la NASA, de extremo a extremo, el mundo supera los 30 kilómetros de longitud (unas 19 millas). Ultima, la esfera más grande, llega a los 19 kilómetros (12 millas), mientras que Thule mide 14 kilómetros (unas 9 millas).

La sala estalló en aplausos y vítores cuando Stern presentó la primera imagen en alta resolución del objeto, en la que se apreciaba perfectamente su forma, en comparación con las primeras imágenes mostradas este martes, en las que solo se veía un difusa forma brillante pixelada sobre un fondo negro. "Nunca antes un equipo de naves espaciales ha rastreado un cuerpo tan pequeño a una velocidad tan alta en el abismo del espacio", resaltó Stern al describir como "un logro histórico" el sobrevuelo.

Durante la rueda de prensa, en la que el buen humor, las risas y los aplausos se entrelazaron con datos exhaustivos, los expertos compararon la forma de Última Thule con la de un muñeco de nieve y pusieron una imagen del objeto celeste junto a la de un sonriente hombrecillo de nieve con gorro y bufanda roja.

Con un modelo de arcilla sobre la mesa de Última Thule, el jefe de geofísica y geología de la misión, Jeff Moore explicó que el objeto empezó a formarse hace unos 4.500 millones de años, cuando una nube giratoria de pequeños cuerpos helados empezaron a fusionarse y dieron lugar a Ultima y a Thule.

Ambos cuerpos independientes, con el paso del tiempo fueron acercándose con un lento movimiento en espiral hasta que se tocaron y formaron el actual cuerpo de dos lóbulos que es hoy, agregó. La fusión de ambos cuerpos se produjo a una velocidad muy baja, "como cuando se estaciona un vehículo", a unos tres kilómetros por hora, dijo Moore, quien bromeó con que si se hubieran sido dos coches "probablemente ni siquiera hubieran dado un parte al seguro".

Para Moore, New Horizons "es como una máquina del tiempo, que nos lleva de regreso al nacimiento del sistema solar". "Estamos viendo una representación física del inicio de la formación planetaria, congelada en el tiempo", resaltó Moore, quien señaló que estudiar a este pequeño objeto celeste ayuda a la comunidad científica "a comprender cómo se forman los planetas".

Por su parte, la gerente de Proyectos de New Horizons, Helene Winters, anticipó que en los próximos meses "New Horizons transmitirá docenas de conjuntos de datos a la Tierra". "Escribiremos nuevos capítulos en la historia de Ultima Thule y el sistema solar", afirmó, según un comunicado difundido en la página web de la misión.

La NASA prevé que más datos del sobrevuelo del Día de Año Nuevo se recibirán en las próximas semanas y meses, entre ellos imágenes con mayor resolución. La información tarda más de seis hora en llegar.

Última Thule, cuyo nombre fue nombre elegido por el público en una convocatoria de la NASA para nombrar al objeto conocido hasta ese momento como 2014 MU69, está ubicado en una de las regiones más remotas del Sistema Solar, conocida como el cinturón de Kuiper, a unos 6.500 millones de kilómetros de distancia del Sol. La misión New Horizons, que fue lanzada en 2006 y en 2015 hizo un sobrevuelo cercano de Plutón que proporcionó valiosos datos sobre ese lejano planeta enano, ha vuelto a hacer historia en Última Thule.

Primeras imágenes detalladas en color de Última Thule
Primeras imágenes detalladas en color de Última Thule
Foto de la Nasa

Tras estos dos hallazgos, LA FM se comunicó con la barranquillera Adriana Ocampo, directora del Programa de la Ciencia de la NASA. 

Escuche aquí su explicación

Adriana Ocampo, directora del Programa de la Ciencia de la NASA

0:27 5:25
Fuente:
LA FM y agencias