'Besamanos' en la posesión presidencial: Petro hará un cambio a esta tradición

Colombia vivirá un cambio de mando cuando Gustavo Petro se posesione como el nuevo presidente de Colombia. Poco a poco se van conociendo detalles sobre lo que será la ceremonia de posesión que tendrá el próximo mandatario de los colombianos.

Se sabe que la espada de Bolívar, la misma que fue robada por el movimiento M-19 en 1974, estará presente en el evento. También se conoció que no estará la tradicional alfombra roja con la que se recibe al presidente; asimismo, no se hará el tradicional besamanos.

¿De qué se trata esta tradición?

La tradición de besar la mano se remonta desde la antigüedad, civilizaciones como los griegos o los romanos la utilizaban como una forma de tributar a los reyes y emperadores. En este caso, la persona se arrodillaba a los pies del monarca para luego retirarle la mano de su traje y acercarla a la boca para el beso.

El acto de besar la mano se empezó a difundir en Oriente como una muestra de veneración y respeto. Esta tradición también fue adoptada por las autoridades eclesiales. En este caso, los obispos llevaban un anillo donde aparentemente hay una reliquia, por lo que el hecho de besar el anillo de un obispo es una forma de respeto hacia esa reliquia.

Fue así como las grandes jerarquías adoptaron esta costumbre, incluso la alta burguesía la implementó a partir del siglo XIX. Luego del Concilio Vaticano II, celebrado en 1962, la Iglesia Católica eliminó esta forma de saludar a los obispos; sin embargo, hay comunidades religiosas que todavía la practican.

¿Por qué no habrá besamanos en la posesión de Petro?

El besamanos se realiza en la Casa de Nariño como parte de la ceremonia de posesión; allí cada presidente invitado va pasando y saluda a la familia presidencial con el tradicional gesto de besar la mano.

Marisol Rojas, coordinadora del acto de posesión de Petro, mencionó que para Gustavo Petro este tipo de actos no hace parte de su forma de actuar; por lo que en lugar del besamanos, prefiere manejar un saludo presidencial con los demás mandatarios.