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La Corte Suprema de Justicia determinó que los trabajos del hogar también hacen parte de la simulación de bienes en proceso de divorcio.
Los jueces de la República deben tener en cuenta esas labores que normalmente son desempeñadas por la mujer, al momento de determinar quién se queda con qué en una separación de bienes y evitar que el reparto de bienes sea inequitativo o beneficien solo al que mas aporto dinero en la relación de pareja.
La Corte advirtió que, “cuando hay conflicto entre ex parejas por las consecuencias economías de su matrimonio o unión de hecho, los jueces deben estar alerta ante posibles estereotipos y discriminación que afecten el reparto equitativo de los bienes”.
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Ese pronunciamiento de la Corte se dio al estudiar el caso de un matrimonio cuyo exesposo vendió un apartamento con parqueadero y una casa campestre, después de que la mujer le pidiera el divorcio, a precios muy por debajo del mercado.
La mujer aseguró que esas ventas fueron simuladas, con el fin de que no le entregara a ella, lo que por derecho le correspondía en términos económicos, incluso dijo que su expareja buscaba en quitarle el derecho que ella tenía sobre esos bienes que hacían parte del patrimonio familiar por haber sigo adquiridos mientras estaban casados.
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La Corte en su decisión advirtió que “aún subsisten estereotipos de género que enaltecen el rol de quién aporta dinero al hogar y que desde una versión estereotipada se le asigna al hombre mientras se desmentirá las contribuciones con el cuidado de los hijos, la casa y la familia”.
Sobre los trabajos del hogar y ese tipo de cuidados, la Corte señaló que ese “es un trabajo invisible” que permite que los miembros de la familia hagan su vida con normalidad, pero “por realizarse de puertas para adentro, no suele apreciarse en su total dimensión”.
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