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¿En qué consiste la Estrategia Nacional de Economía Circular del Gobierno?

Recircular, reusar, reciclar y disminuir el uso de materiales no es tarea fácil. Estamos acostumbrados a comprar, consumir y botar. 

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Actualizado:
Jueves, Mayo 23, 2019 - 13:41
Foto de referencia de Ingimage
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Ingimage

Luce novedoso entender que los productos y envases que desechamos aún tienen valor y pueden ser recuperados y aprovechados. Requerimos un cambio de mentalidad para entender el nuevo modelo de la economía circular. Se precisan además inversiones en nueva tecnología para alcanzar una verdadera transformación productiva. 
 
La innovación tecnológica es indispensable para alcanzar la economía circular (EC). La circularidad implica considerar los materiales, la energía y el agua en forma diferente: diseñar procesos que contengan menos material, energía y agua, mediante nuevas tecnologías que logren recuperar componentes de valor de los residuos desechados. El modelo se inspira en la naturaleza, al buscar generar ciclos en los que los residuos de una empresa pueden transformarse en los insumos de otra. Otras innovaciones tecnológicas asociadas a la EC incluyen nuevos diseños de productos y envases que incorporen materiales reciclados y generan menos residuos.  
 
La tecnología hace viable la economía circular al transformar los materiales, la energía y el agua, y genera valor agregado a las empresas al convertir buenas ideas en negocios rentables. Por ejemplo, la tendencia a reemplazar productos de uso “privado”, como la bicicleta o el automóvil, en servicios públicos que permiten lograr eficiencia en su utilización, no menos que en solicitarlos mediante una simple aplicación a su alcance en su teléfono particular.  

Sin embargo, la innovación tecnológica es un proceso espinoso que requiere una investigación y planeación detallada, recurrir a pruebas piloto y cálculos financieros para estimar la factibilidad y rentabilidad en el tiempo, además de capacitar personal para que aprenda los nuevos procesos de operación. En tal sentido, ¡la innovación también abarca tecnología social! 
 
La Estrategia Nacional de Economía Circular que adelanta el gobierno considera diferentes tipologías de innovaciones tecnológicas para alcanzar sus metas. Las tipologías permiten visibilizar las iniciativas de economía circular, enseñar a través del ejemplo, e inspirar su multiplicación. También ayudan a seleccionar aquellos proyectos sujetos a incentivos para ampliar el alcance de su desarrollo. Son cuatro las tipologías que identifican y orientan la práctica de iniciativas de economía circular: 
 
La primera tipología de iniciativas innovadoras introduce tecnología para la reutilización de productos y materiales. Esta tecnología incluye información científica sobre la caracterización de la calidad y los volúmenes de flujos del recurso de procesamiento que faciliten el reuso. Ejemplos de esta tipología son el aprovechamiento de agua residual tratada para sistemas de riego, o el reuso  de estibas u otros mecanismos de embalaje retornable. La tecnología de reuso extiende la vida útil de productos o materiales y evita la disposición, en el que pierde valor.  
 
La segunda tipología de iniciativas incluye tecnología para el reciclaje, aprovechamiento y tratamiento de recursos. Este tipo de tecnología contiene sistemas de recolección y separación en la fuente, limpieza y procesamiento de materiales reciclados y su comercialización hacia nuevas aplicaciones, tal como la instalación de fuentes de energía renovables. Ejemplos importantes incluyen materiales de envases y empaques, como el plástico, papel, cartón, vidrio y aluminio. Otros ejemplos de alto potencial representan el procesamiento de fertilizante de valor agregado a partir de residuos orgánicos de restaurantes y comedores, y el aprovechamiento energético de residuos en hornos cementeros. La recuperación, reciclaje, el aprovechamiento de materiales y la tecnología de energía renovable, evitan la extracción de materias primas vírgenes y fuentes de energía, y reduce los residuos.  
 
Una tercera tipología de iniciativas involucra el eco-diseño de productos, envases y embalajes. El eco-diseño representa una tecnología para rediseñar productos y envases existentes para que estas reduzcan su impacto ambiental y mejoren su eficiencia. Ejemplos muestran la reducción de espesores de material en envases, diseñar productos que facilitan su reciclaje, o diseños de nuevos textiles a partir de algodón orgánico. Como tecnología, el eco-diseño brinda varias ventajas para alargar la vida útil de productos, reducir el uso de materiales y energía e impactos en la disposición final.  
 
Una cuarta tipología presenta el cambio de sistemas de productos por servicios. Es una tecnología completamente diferente que cambia la costumbre de consumir y producir. El reemplazo de productos individuales por sistemas colectivos de suscripción como las patinetas de transporte público son un ejemplo. Otro ejemplo clásico refleja las bibliotecas públicas, que desde hace décadas disponen de libros que sus usuarios rotan, en vez de que cada uno adquiera el suyo. El cambio de sistema de productos por un servicio, impacta la cultura de consumidores y transforma las cadenas de valor a partir de utilizar menos recursos.  
 
Las tipologías no son excluyentes entre sí. Pueden coexistir iniciativas de economía circular que abarcan varias tipologías tecnológicas. En estos casos, los líderes de las iniciativas escogerán la categoría de mayor impacto para su caso. Además, cada iniciativa de innovación tecnológica conecta con la economía circular a través de su contribución a la circularidad en los flujos de materiales y energía, e involucra nuevos modelos de colaboración y alianzas con proveedores, clientes y otros actores participantes en la transformación productiva.  
 
La Estrategia Nacional de Economía Circular, promovida a través del Ministerio de Ambiente, el de Industria y Comercio y demás entidades estatales, busca identificar iniciativas de innovación tecnológica como elementos centrales de la transformación productiva y de la generación de valor. 

Acerca del profesor Bart van Hoof  
 
Bart van Hoof, doctorado en Ecología Industrial, Magíster en Ingeniería Industrial e Ingeniero Industrial de nacionalidad Holandesa. Profesor asociado de la Facultad de Administración de la Universidad de Los Andes. Áreas de investigación en Gerencia Ambiental Empresarial, y la Ecología Industrial. Docencia en programas de pregrado en administración, MBA, MBA ejecutivo y desarrollo gerencial.  
 
Experiencia en el la gestión y gerencia de proyectos y políticas ambientales en el sector público y privado. Desarrollo de políticas públicas para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial, Proexport y Ministerio de Comercio e Industria. Consultor de Corporaciones Autónomas Regionales como la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CorAntioquia, y Corpocaldas. Consultor de agencias internacionales como de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Programa Compite Panamá del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) - Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros. Ha desarrollado consultorías a empresas multinacionales y PYMES en sectores agroindustriales como aceite de palma, flores, caña de azúcar y sectores industriales como alimentos, farmacéutico, metalmecánica, curtiembre, artes gráficas.  
 
Es co-autor de varias publicaciones como “Producción más Limpia como paradigma de gestión ambiental” editado por Alfa-Omega, “Evolución de la Gestión Ambiental en el sector de Palma de Aceite en Colombia” editado por FEDEPALMA, y “El mercado de bienes y servicios ambientales para PYMES en Colombia” editado por CEPAL. Publicaciones académicas en revistas indexadas como Journal of Cleaner Production y Policy Sciences. 

Fuente:
Bart van Hoof