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El pasado 7 de julio de este año, una niña de dos años de edad falleció luego de caer desde un crucero atracado en el Muelle Panamericano de la capital puertorriqueña, según informaron autoridades locales.
La información preliminar indica que la menor se precipitó desde el crucero Freedom of the Seas, de la compañía Royal Caribbean, que se encontraba atracado en esos momentos en el Puerto de San Juan. La infante era la hija de un matrimonio de estadounidenses que viajaban en el crucero con las abuelos paternos y maternos de la pequeña.
Una vez se produjo el lamentable hecho, surgieron varios rumores de lo que había ocurrido, como que uno de sus abuelos la asomó por una de las ventanas del barco sin percatarse que la misma estaba abierta y la dejó caer a una altura de alrededor de 210 pies. Sin embargo, el abogado de dicha familia, Michael Winkleman, aseguró en una rueda de prensa que el anciano no la asomó al ventanal sino que la subió en la baranda de la zona de juegos de niños y la menor se recostó en el ventanal que estaba abierto por lo que cayó al vacío sin que su abuelo pudiera hacer nada.
La defensa de la familia desmiente también que el abuelo estuviera tomando alcohol y que por eso no hubiera reaccionado a tiempo.
Ahora, tres meses después del trágico accidente, el juez Jimmy Sepúlveda, de la Cámara de Investigación de San Juan, fijó la fianza para el hombre de $ 80,000 y deberá comparecer ante el tribunal el próximo 20 de noviembre.
Según algunos medios de comunicación, los padres de la niña y sus cuatro abuelos tuvieron que ser sedados ese día, y desde entonces continúan recibiendo tratamiento psicológico.
Entre tanto, Royal Caribbean emitió un comunicado en el que dijo que colaborará con toda la información que requieran las autoridades para esclarecer el caso.
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