El 11 de noviembre de 1918 se dio fin a la Gran Guerra o la que después sería denominada la Primera Guerra Mundial. El conflicto que marcó toda la historia de la humanidad dejó historias y cifras impactantes cien años después de finalizada.
La guerra dejó aproximadamente diez millones de muertos, trastocó el mapa de Europa, tumbó tres imperios, contribuyó a la revolución soviética y fue una causa latente de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, en medio de la destrucción y la desolación que ocasionó la Guerra entre 1914 y 1918, se lograron crear varios inventos que han logrado revolucionar el mundo y que incluso son de uso diario.
Lámparas solares: En medio del invierno de 1918, el doctor Kurt Huldschinsky se dio cuenta de que muchos niños en Berlín sufrían de raquitismo, debido al frío. Por ello, decidió aplicarles lámparas de cuarzo y mercurio que emitían luz ultravioleta a cuatro niños a manera de experimento. Tiempo después, se concluyó que la vitamina D es necesaria para la creación del hueso con calcio y este proceso se estimula con la luz ultravioleta.
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Bolsas de té: En medio de tiempos de guerra, la compañía francesa Teekanne copió la idea de un comerciante de té estadounidense quien, en 1908, comenzó a mandar té en pequeñas bolsas a sus clientes. Teekanne decidió suministrar a las tropas té en pequeñas bolsas de algodón, a lo que llamaron ‘bombas de té’.
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Pañuelos Kleenex: A raíz del auge que tuvo la creación de las toallas higiénicas, la empresa Kimberly-Clark decidió darle otro uso al algodón. A inicios de 1920, la empresa tuvo la idea de planchar el material para crear un pañuelo suave y fino. Cuatro años después y tras cientos de pruebas, la compañía logró crear los famosos Kleenex.
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Cremalleras: Gideon Sundback, un sueco que emigró a Estados Unidos fue el creador de las cremalleras al ser el diseñador jefe de la compañía Universal Fastener Company. El ejército estadounidense los comenzó a usar en sus uniformes y botas. Terminada la guerra, los civiles comenaron a utilizarlas en su vestimenta cotidiana.
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Reloj de pulsera: A pesar de que antes de empezar la Gran Guerra ya existían algunos de estos relojes, fue en esa época que lograron un auge. El tiempo se convirtió en un factor importante en la guerra, sobre todo para sincronizar ataques, por ellos Los fabricantes empezaron a hacer relojes de pulsera para que las manos de los soldados quedaran libres, al igual que los aviadores.
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Toallas higiénicas: A pesar de que la empresa estadounidense, Kimberly-Clark (C-K) ya había descubierto el material ‘celucotton', fue en medio de la guerra que las enfermeras de la Cruz Roja, se dieron cuenta de que ese material tenía otro posible uso durante su menstruación. Dos años después de que se diera el fin del conflicto, la compañía lanzó el nuevo producto, llamado Kotex (la abreviatura de "cotton texture", textura de algodón en inglés).
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Cambio de hora: En medio de la Gran Guerra, Alemania sufría una gran crisis por falta de carbón, por ello las autoridades decretaron el 30 de abril de 1916 a las 23 horas, que todos los relojes deberían marcar las 24 para ahorrar carbón y luz.