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Los detalles de "Pequeño J", el narco peruano señalado del triple asesinato de unas jóvenes argentinas

Se especula que el hombre ingresó ilegalmente a través de la frontera norte

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Actualizado:
Lunes, Septiembre 29, 2025 - 09:31
Manifestación por el triple asesinato de jóvenes en Argentina
Manifestación por el triple asesinato de jóvenes en Argentina
AFP

Tony Janzen Valverde Victoriano tiene apenas 20 años, pero su nombre ya circula en los expedientes judiciales y policiales de Argentina y Perú como el presunto autor intelectual del triple crimen de Florencio Varela. Nacido el 10 de septiembre de 2005 en Trujillo, departamento de La Libertad (Perú), creció en un barrio humilde del distrito La Esperanza, en una casa del asentamiento humano Nueva Indoamérica.

Los documentos oficiales lo sitúan en un entorno signado por la violencia: calles sin alumbrado, pandillas que irrumpen en las escuelas y registros de delitos vinculados al narcotráfico. Tony Janzen abandonó la escuela primaria en cuarto grado. Su padre, Jhanzen Valverde Rodríguez, y su madre, Balvina Yuliana Valverde Rodríguez Janzen, lo criaron junto a sus dos hermanas, un hermanastro y una amplia familia extendida.

Ese joven, sin antecedentes penales en su país según los primeros registros —aunque luego se descubrió que parte de esa documentación habría sido adulterada—, es señalado hoy como “Pequeño J”, el supuesto líder de la banda que torturó, mutiló y asesinó a Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15).

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El horror en Florencio Varela

Las tres chicas habían desaparecido un fin de semana y se las buscaba bajo la hipótesis de un secuestro. La Policía bonaerense dio con ellas en la madrugada del miércoles pasado, enterradas en el fondo de una casa precaria en Villa Vatteone. La escena superó las peores previsiones: según la investigación, las muertes habrían sido transmitidas en un “live” de Instagram, seguido por al menos 45 lugartenientes de la banda.

“Esto es lo que pasa cuando alguien me roba”, habría repetido “J” en tono amenazante, de acuerdo con la hipótesis judicial.

La crueldad del caso desató conmoción pública, escaló a la política y encendió todas las alarmas de las fuerzas de seguridad. La Interpol emitió un alerta rojo para detener a Tony Janzen tanto en Argentina como en el extranjero, describiéndolo como el presunto organizador de uno de los crímenes más brutales de los últimos años.

La verdadera identidad de “Pequeño J” salió a la luz tras las confesiones de dos de los detenidos en la vivienda donde se hallaron los cuerpos: Miguel Ángel Villanueva Silva (25), quien admitió haber filmado la transmisión en vivo, y Magalí Celeste González Guerrero (28), que aportó detalles sobre el jefe de la organización.

Con esa información, la Bonaerense desplegó una serie de allanamientos en Villa 21-24, la 1-11-14, La Matanza y Florencio Varela, donde se cree que el joven narco se movía y acumulaba influencia. Aunque hubo arrestos relevantes, “Pequeño J” continúa prófugo.

Entre los capturados destaca Lázaro Víctor Sotacuro (41), detenido en Bolivia luego de huir en un Volkswagen Fox registrado en la escena. También Ariel Giménez (29), acusado de haber cavado las fosas donde se enterraron a las jóvenes.

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El enigma de su llegada a Argentina

Aún no está claro cómo ingresó Tony Janzen al país. La principal hipótesis apunta a un paso ilegal por la frontera norte. Sin embargo, registros migratorios revelan que el 28 de agosto viajó a Uruguay en Buquebús y regresó dos días después, lo que genera dudas sobre la magnitud de sus operaciones.

Los investigadores creen que su estructura criminal se organizaba con casas alquiladas en barrios del conurbano no para la venta directa, sino como puntos de acopio y corte de cocaína. Desde allí, distribuía a través de vendedores que rotaban en distintas zonas del Bajo Flores, La Matanza y Florencio Varela.

Para las fuerzas federales argentinas, “Pequeño J” es un misterio absoluto. Nadie conocía su nombre ni su rostro hasta el triple crimen. Informantes de calle de Gendarmería, Bonaerense y Policía Federal no tenían registros de él.

Mientras tanto, el fiscal Adrián Arribas, con apoyo de Diego Iglesias de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), encabeza una investigación que mantiene en vilo a la opinión pública.

El rostro de Tony Janzen Valverde Victoriano, el joven apodado con una simple letra del abecedario —J—, circula ahora por todo el mundo con el sello rojo de Interpol. 

Fuente:
Sistema Integrado de Información