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En una jornada cargada de tensiones y declaraciones controvertidas, la Corte Suprema de Nueva York presenció una serie de intercambios acalorados durante el testimonio de Stormy Daniels, actriz de cine para adultos, cuyo relato detallado de un supuesto encuentro sexual con Donald Trump ha vuelto a colocar al expresidente bajo el foco judicial.
Este caso, centrado en acusaciones de falsificación de documentos financieros y posibles delitos electorales, se ha visto envuelto en controversias que podrían afectar el destino del magnate e inminente candidato presidencial republicano.
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Stormy Daniels subió al estrado para describir lo que ella cataloga como una aventura de una noche con Trump en 2006. Su relato, explícito y directo, sugirió que el encuentro podría haber sido no consensual, un punto que generó fricciones considerables en la sala. El equipo legal de Trump, encabezado por el abogado Todd Blanche, expresó su preocupación alegando que tales detalles eran irrelevantes para el caso y potencialmente dañinos para la imparcialidad del jurado.
Los fiscales, por su parte, parecen haber buscado con el testimonio de Daniels fortalecer la credibilidad de la acusación de que el pago por su silencio fue una maniobra para encubrir el encuentro sexual y, por extensión, implicar al expresidente en prácticas ilícitas. La defensa argumenta que el caso debería centrarse exclusivamente en "libros y registros", pero el juez Juan Merchán permitió que el testimonio incluyera detalles íntimos del encuentro, a pesar de las objeciones.
La confrontación alcanzó su punto máximo cuando Blanche solicitó la anulación del juicio, argumentando que la insinuación de un sexo no consensual era perjudicial y ajena a los cargos formulados. El juez Merchán rechazó la moción pero admitió que hubo aspectos del testimonio que quizá no deberían haberse expuesto ante el jurado, mencionando que Daniels fue “un poco difícil de controlar” durante su declaración.
Este caso también toca aspectos financieros y legales complicados, como la clasificación del pago a Daniels. Trump ha negado repetidamente cualquier encuentro sexual con ella, y su equipo legal ha subrayado que los movimientos financieros realizados se ajustaron a las normativas legales, describiendo los pagos como gastos legales en lugar de gastos de campaña.
La interacción entre Daniels y el equipo legal de Trump no se limitó a discutir los detalles del supuesto encuentro, sino que también abordó temas personales y financieros, incluyendo un caso de difamación previo en California donde Daniels fue ordenada a pagar significativas costas legales a Trump.
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Durante el interrogatorio, se sugirió que Daniels podría tener incentivos financieros para testificar contra Trump, a lo que ella respondió afirmativamente cuando se le preguntó si había ganado dinero desde hace más de una década alegando haber tenido relaciones sexuales con él.
El juicio continúa siendo un campo minado legal y mediático, con potenciales ramificaciones no solo para los implicados directamente, sino también para la esfera política en general. Mientras el jurado deliberará basado en los hechos presentados, los observadores externos se mantienen en vilo ante la posibilidad de que este caso influya en la carrera política futura de Donald Trump.
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