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Por solicitud de la Dirección Nacional de Fiscalía Especializada contra la Corrupción, servidores del Cuerpo Técnico de Investigación capturaron en Villavicencio (Meta) a Adalia Azucena Figueredo Cagueño, indiciada como falsa víctima de la masacre de Mapiripán (Meta) ocurrida en 1997.
Durante la audiencia, celebrada ante un juez de control de garantías de Bogotá, Figueredo Cagueño aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía por fraude procesal, estafa agravada y enriquecimiento ilícito a favor de terceros.
Según la investigación, Adalia Azucena Figueredo Cagueño y en representación de sus hijos, presentó reclamación ante el Tribunal Administrativo del Meta, por la supuesta desaparición de Wilson Molina (esposo y padre de sus hijos), caso por el cual fue condenado el Estado a pagar la suma de $1,150.000.000 millones de pesos aproximadamente.
Tras las labores de verificación realizadas por el CTI, se demostró ante el juez de garantías que Wilson Molina no murió en la masacre y que en la actualidad reside en Villavicencio.
