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Luego del atentado a la Policía Nacional en Barranquilla se conoció que Negro, uno de los perros criollos que hacían parte de la estación donde se dieron los hechos, murió tras la detonación de una granada que fue lanzada en medio de un cambio de turno y que dejó cinco uniformados muertos.
Aunque los uniformados que estaban allí atendían a los afectados no escatimaron esfuerzos para intentar salvarle la vida; pese a eso no había nada que hacer, Negro había muerto debido a la explosión.
Steven, otro de los perros que se encontraba allí, alcanzó a recibir la ayuda por parte de los uniformados de Ponalsar y pudo sobrevivir a este atentado, quedando fuera de peligro. Ahora es atendido por persona veterinario en esa zona.
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El director de la Policía, general Jorge Nieto, exaltó el labor de quienes se encontraban allí y los esfuerzos para socorrer a los animales. "Nuestros policías en Barranquilla, a pesar del dolor de perder a 5 de sus compañeros, han atendido a los perros que acompañaban a los uniformados en momentos del atentado, agradecemos su humanismo y vocación. Lamentablemente no fue posible salvar la vida a una de las mascotas".
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Una serie de ataques con explosivos lanzados el fin de semana contra la policía deja siete muertos y decenas de heridos en el norte del país, en acciones que, según indicios oficiales, involucran a grupos del narcotráfico.
Este domingo se conocieron dos nuevos atentados contra estaciones de policía, tras el estallido de una bomba dentro de una comisaría en Barranquilla que causó la muerte a cinco efectivos y heridas a 41 personas.
El atentado sacudió a este puerto del Caribe, que se prepara para su tradicional Carnaval, y es el primero de magnitud que golpea a una de las grandes ciudades de Colombia en los últimos años.
