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Hace algunos años, las investigaciones criminalísticas eran muy diferentes, pues la tecnología de la época no era la adecuada para resolver algunos casos, por lo que muchas muertes, desapariciones, entre otras, siguen sin resolverse hasta día de hoy.
Uno de estos hechos le ha dado la vuelta al mundo en estos días, pues la muerte de una maestra que apareció estrangulada en su apartamento, ubicado en Burlington, Vermont, Estados Unidos, fue resuelto hasta ahora, 52 años después.
Rita Curran, de 24 años, fue asesinada en julio de 1971 y, durante medio siglo, uno de los principales sospechosos era William DeRoos, un hombre que vivía algunos apartamentos arriba, pero por falta de pruebas nunca fue judicializado.
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De igual forma, DeRoos se separó de su esposa y se fue a Tailandia para convertirse en un monje budista. Años después regresó a Estados Unidos, donde se casó nuevamente y falleció a causa de una sobredosis en 1986. Por esto, el caso se cerró.
Sin embargo, los investigadores siempre creyeron que él era el responsable, pues la noche en la que ocurrió el asesinato, DeRoos vivía algunos pisos arriba en el mismo edificio y tuvo una grave pelea con su esposa, por lo que salió a "tranquilizarse". Lo curioso es que algunas horas después de que se protagonizara la pelea entre la pareja, Curran fue encontrada estrangulada en su apartamento.
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La policía de Curran llegó rápidamente al lugar de los hechos y determinó que DeRoos era uno de los principales responsables, pero no tenían pruebas en su contra; pues en la declaración entregada por él y su esposa, ambos coincidieron en que la noche del crimen pasaron estaban juntos en su habitación.
Aun así, hubo un hecho que llamó la atención de las autoridades, pues el hombre le dijo a su esposa que en dado caso que lo vuelvan a interrogar debía decir lo mismo, pues tenía antecedentes judiciales y se convertiría en el asesino.
En la escena del aterrador crimen se encontró una colilla de cigarrillo y algunos elementos que podrían delatar al sospechoso, sin embargo, en aquella época no había la posibilidad de hacer pruebas de ADN, ya que esta técnica de investigación fue utilizada por primera vez en 1987.
Sin embargo, en el 2014, un grupo de investigadores que querían llegar hasta el fondo de este caso logró extraer un perfil de ADN de una colilla de cigarrillo que estaba en la escena del crimen. Esta fue enviada a un laboratorio donde se comparó con una base de datos, pero no se encontraron coincidencias.
A pesar esto, en el año 2019, la policía de Burlington decidió seguir con la investigación y utilizó un nuevo método en el que enviaron estas pruebas a una base de datos de genealogía, para buscar algunas similitudes con ADN de algún familiar a DeRoos.
Así se dieron cuenta de que el cigarrillo coincidía con la familia del principal sospechoso. De esta forma, llegaron a uno de los hermanastros de DeRoos, quien les proporcionó una muestra de ADN y se logró confirmar la teoría de las autoridades, de que el hombre fue quien mató a la joven maestra.
El investigador encargado enfatizó, "todos confiamos en que William DeRoos es responsable del asesinato con agravantes de Rita Curran”.
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