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Corea del Norte fracasó en nuevo intento de lanzar un misil

La tensión entre Washington y Pyongyang está en sus cotas máximas en los últimos días después de que Trump prometió el jueves que el “problema” norcoreano sería “tratado”.

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Sábado, Abril 15, 2017 - 14:00
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AFP

Corea del Norte intentó sin éxito lanzar un nuevo misil, informó el ministerio de Defensa de Corea del Sur, una operación que coincidió con un gran desfile militar organizado por Pyongyang.

“Corea del Norte intentó probar un nuevo tipo de misil no identificado en el área de Simpo, en la provincia de Hamkyong del Sur, pero sospechamos que el lanzamiento fracasó, dijo el ministerio en un comunicado.

El ministerio dijo que estaba analizando los datos del lanzamiento para tener más detalles.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó que Corea del Norte lanzó lo que parecía ser un misil y dijo que el lanzamiento falló "casi inmediatamente".

"El Comando del Pacífico de EEUU detectó y rastreó lo que consideramos que era un misil norcoreano lanzado a las 11:21 AM hora de Hawái (2121 GMT) del 15 de abril", dijo un portavoz del Comando, Dave Benham.

"El lanzamiento del misil balístico ocurrió cerca de Sinpo (provincia de Hamkyong del Sur). El misil estalló casi inmediatamente", agregó.

Esta operación fallida coincide con el gran desfile militar del “Día del Sol”, en el que Pyongyang celebró el nacimiento de Kim Il-sung, abuelo del actual dirigente nororeano Kim Jong-un.

En el desfile fueron exhibidos cerca de 60 misiles, incluyendo un cohete que se piensa que podría ser un nuevo tipo de misil balístico intercontinental.

Pyongyang ha sido objeto de varias resoluciones de la ONU que buscan impedir que el país se dote de una tecnología nuclear y balística.

El país asiático, que ha llevado a cabo cinco pruebas nucleares en los últimos meses, quiere elaborar un misil intercontinental capaz de llegar hasta Estados Unidos, algo que, según el presidente estadounidense Donald Trump, “no ocurrirá”.

La tensión entre Washington y Pyongyang está en sus cotas máximas en los últimos días después de que Trump prometió el jueves que el “problema” norcoreano sería “tratado”.

Anteriormente, había anunciado el envío de un portaaviones escoltado por tres navíos.

Mike Pence viaja a Seúl en momentos de máxima tensión con Corea del Norte

El vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence llegará a Seúl el domingo, en medio de una vorágine política pautada por eventuales enfrentamientos militares entre Estados Unidos y Corea del Norte.

Se trata de la primera visita de Pence a Corea del Sur. El viaje, parte de una minigira por Asia que también incluye escalas en Japón e Indonesia, y por Australia, fue concebido meses atrás, pero se concreta en el momento de mayor tensión política con Pyongyang.

El presidente Donald Trump había advertido que Estados Unidos se "ocuparía" del caso norcoreano llegado el momento, y altos funcionarios de su gobierno confirmaron que se había considerado la posibilidad de acciones militares contra Pyongyang. Corea del Norte aseguró a su vez estar "preparada" para una guerra nuclear con Estados Unidos.

Ese tema será el eje central de las discusiones que Pence mantendrá con el primer ministro provisorio de Corea del Sur, Hwang Kyo-Ahn, el lunes, y en Tokio, durante las conversaciones con el primer ministro Shinzo Abe.

Japón y Corea del Sur están en la primera línea de fuego y pretenden que Washington se mueva con cautela, evitando acciones militares que pudieran desencadenar una conflagración mayor.

Fuera de los temas más acuciantes de seguridad, Pence intentará tranquilizar a los aliados de Washington sobre la retórica proteccionista de Trump y lanzará el mensaje de que su país respeta a "pie juntillas" sus compromisos económicos y de seguridad con sus aliados y socios, indicó un asesor en política extranjera de la Casa Blanca.

Lazos personales 

El vicepresidente tiene además lazos muy personales con Corea del Sur que procurará destacar durante su visita, según analistas.

Unos 64 años atrás, el padre de Pence, el teniente Edward Price, fue galardonado con la estrella de bronce al valor por su desempeño en la guerra de Corea.

En Seúl, Pence tratará por otro lado no tocar temas relacionados con la tumultuosa política nacional de Corea del Sur, donde habrá elecciones el mes próximo, y no se reuniría con líderes de la oposición, que podrían asumir la conducción del país tras esa consulta.

Washington está preocupado, de todas maneras, por la eventualidad de que el nuevo gobierno pueda enlentecer el despliegue de THAAD, un sistema diseñado para derribar misiles, provenientes de Corea del Norte o de cualquier otro lugar.

Estados Unidos cuenta con casi 30.000 soldados en Corea del Sur y apunta a un rápido despliegue de ese sistema.

El tema ha sido complicado por la furiosa oposición de China a la perspectiva de tener un sistema de radares de alta tecnología a sus puertas, que podría neutralizar parcialmente su capacidad de disuasión nuclear.

Socio poco confiable 

Pekín ha respondido con presiones diplomáticas y con coerción económica, lo que ha agriado sus relaciones con Seúl.

Pence, que en público parece manejar un discurso muy distinto al de Trump, tendrá dificultades para convencer a su aliado surcoreano de que Estados Unidos es un socio confiable.

Trump se ha quejado repetidamente de que su país debe soportar sobre sus hombros la carga de la defensa de sus socios y algunas consecuencias de tratados comerciales bilaterales y regionales que ha firmado.

El año próximo vence el acuerdo entre Washington y Seúl sobre quién se hace cargo del costo de la presencia de militares estadounidenses en el país asiático y el gobierno de Trump podría llegar a pedirle al surcoreano que asuma una mayor proporción de esos gastos.

Trump también ha pedido una revisión de todos los acuerdos bilaterales de comercio firmados por su país, incluyendo el suscrito cinco años atrás con Corea del Sur, llamado KORUS.

Para el presidente republicano, Estados Unidos debe tener como prioridad la reducción de los altos déficit comerciales con otros países, en tanto se planteó la generación de empleo como uno de los principales puntos de su gestión.

Wendy Cuttler, que ayudó a negociar KORUS, dijo esta semana, durante un evento de Korea Society, que no cree "correcto juzgar el éxito de un acuerdo comercial sobre la base de un déficit". 

Según Cuttler, el déficit tiene que ver con el constante crecimiento económico de Estados Unidos, que ha llevado a que aumenten las importaciones, en especial las provenientes de Corea del Sur.

Otros analistas ponen el acento en las inversiones de decenas de miles de millones de dólares realizadas por Corea del Sur en Estados Unidos en los últimos años, que han creado unos 50.000 puestos de trabajo en el país norteamericano.

Con información de AFP