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De acuerdo con un reporte de la prensa internacional, la tripulación que estaba en la cabina de un un vuelo de Sichuan Airlines, que se dirigía de Chongqing a Lhassa, capital del Tíbet, vivió una emergencia a raíz de la ruptura de un parabrisas, cuando la aeronave se encontraba a una altura 30.000 pies.
Esta situación obligó al piloto a reaccionar rápidamente y realizar un aterrizaje de emergencia, una hora después de haber despegado de la pista. La ruptura del cristal hizo que el copiloto fuera succionado por la presión, gracias a los cinturones de seguridad y con la ayuda de la tripulación el hombre pudo permanecer en el interior del avión.
A pesar de enorme terror que la situación produjo en la tripulación, el copiloto logró mantener la calma. De hecho el accidente solo le produjo una serie de arañazos, junto a una torcedura de muñeca.
En su relato para la prensa internacional, el capitán de la aeronave indicó que en un momento vio que su copiloto estaba "parcialmente por fuera del avión". Además la situación hizo que algunos instrumentos fallaran, por lo que el avión era difícil de controlar mientras se sacudía con fuerza.
Ante esa situación el piloto tuvo que tomar medidas rápidamente, por lo que se decidió realizar un aterrizaje de emergencia mientras buena parte de los instrumentos del avión, con 119 pasajeros a bordo, no estaban funcionando.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que se presenta una emergencia en un vuelo a causa de la ruptura de una ventana en la aeronave. Hace varias semanas una catastrófica falla en el motor de un avión de la compañía Southwest Airlines, en un vuelo de Nueva York a Dallas, causó la muerte de una mujer y obligó a realizar un aterrizaje de emergencia en Filadelfia.
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El motor explotó en el aire e hizo estallar una ventana. La explosión hirió de manera crítica a una mujer sentada junto a la ventana.
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