La FM en Google News
Ya había dicho Borges que la vida de un hombre consta solamente de un momento: el instante en que sabe para siempre quién es. Y así lo hizo el sacerdote italiano, Giuseppe Berardelli, de 72 años, quien se encontró con ese instante y supo que su destino era el sacrificio, pensar en el otro y poner la otra mejilla.
Este cura que trabajaba en una iglesia de Lombardía, la ciudad más afectada en Italia por el coronavirus con más de 30.000 contagios y 4.178 fallecidos, le dio su respirador a un joven también contagiado, con el fin tratar de salvarlo.
Giuseppe Berardelli, que murió luego de ese acto heroico, tenía su respirador gracias a la gestión de sus feligreses, que reunieron un dinero para comprárselo, una vez se supo contagiado, pues la escasez de equipo medico en ese país ha crecido de manera considerable.
Aunque no se sabe que si el joven sobrevivió, el cura tenía claro que la población más joven tiene más probabilidades de resistir el Covid-19.
El mensaje de sacrificio de este hombre logró conmover a muchas personas en el mundo que a esta hora ven con admiración ese gesto de valor.
Un representante del Vaticano fue el encargado de difundir la información que parece brindar una chispa de esperanza en medio de las constantes noticias de muertes y contagiados que no paran de surgir en el mundo.
Hay que destacar que la comunidad religiosa italiana ha sido particularmente golpeada por la crisis generada por el virus, pues el mismo papa Francisco invitó a los sacerdotes de ese país a ser valientes y estar con las comunidades en este momento de gran adversidad.
