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Alcalde de Neiva sobre el caso de Irma Julieth: es deplorable el abuso de la fuerza

Rodrigo Lara Sánchez, alcalde de Neiva, se refirió al caso de la joven secuestrada por policías. Manifestó que aunque alguien cometa un delito no puede ser torturado.

Publicado:
Actualizado:
Martes, Febrero 9, 2016 - 07:46

El alcalde de Neiva deploró hechos de tortura como los que se presentaron contra Irma Julieth Usaquén y manifestó que torturas como las que sufrió la joven no pueden venir de entidades de control como la Policía.


 


El mandatario manifestó que hechos como este manchan el nombre de la Policía ante una denuncia clara de maltrato. Lara destacó que los responsables tendrán que pagar y afrontar todas las consecuencias de la ley. 


 


Además, el alcalde manifestó que los jueces y fiscales serán los encargados de aclarar qué castigos tendrán quienes torturaron a la mujer. 


 


Escuche la entrevista con el alcalde de Neiva:


 



 


Irma Julieth Usaquén, joven de 19 años de edad, denunció en LA F.m. que uniformados de la Policía Nacional la torturaron.


 


La mujer, oriunda de Neiva, señaló directamente a efectivos de la Policía Metropolitana de la capital del Huila como los responsables de varias agresiones, de los cuales dio cuenta a través de fotos y un video.  


 




Según contó, el 21 de diciembre pasado estaba en una panadería con su hijo, de un año y medio de edad, cuando se le acercaron dos policías. De inmediato, asegura, la señalaron de estar vestida de manera idéntica a una mujer que, junto a otras personas, se había robado una moto.


 


De acuerdo con su relato, ni ella ni los vecinos sabía qué pasaba por cuanto ella acababa de salir de la casa de su padre. Luego, narró, la montaron a una patrulla mientras que a su hijo lo dejaron con los vecinos. Desde allí, siendo las 9:45 a.m., la trasladaron por una vía, denominada las petroleras, a un sector denominado Campotello. 


 


Allí recibió todo tipo de patadas, golpes, agresiones físicas y verbales. De acuerdo con Usaquén, le pedían que dijera dónde estaba la moto robada. Ella, asegura, optó por mentir y decir que sí tenía la moto con tal de que no le pegaran más. Pidió que la dejaran hacer una llamada. 


 


Luego, comenta, se comunicó con su hermana Jessica a través de una conversación puesta en altavoz para que los uniformados la escucharan. En dicha charla telefónica la mujer optó por gritar: "Jessica entrega la moto". La hermana le preguntaba cuál moto. Finalmente, dice Irma, exclamó: "Yo no sé de qué moto me hablan. Los policías me van a matar". 


Fuente:
Sistema Integrado Digital